pelea de gatos

bajo un reluciente polvo me he colgado pensando
cómo atrapar las pulgas que se escapan de tu oreja
debo juntarlas en los huecos de mis manos o aplastarlas acaso
no sin un repentino aire de concupiscencia con las uñas
la sangre sacudida por el viento lontano de un arte ligero
me sienta a pelar una fruta tibia en medio de la cama
supongo como debe ser la naturaleza de los gentiles placeres:
un remolino de pelos y uñas

En el taller del artesano de chimbote

Vibremos con la ebriedad de Bessie Smith
-un cántaro rodado que no se rompe- la pobre
que ni ha probado su cebiche con mote sigue cantando
que elige sus amantes como si fueran sus verdugos
Vibremos con la lora del alcoholizado meditabundo
que la escucha desde su pellejo apolillado
con la bragueta sedienta y la pipa llena de yonque y amargo
de angostura cebada, dicen, con la lengüita madrastra
del árbol de la abundancia y sus regalos marginales,
fruta de todos los vicios, la pobre, arrojada de sí misma
por la corteza de una ráfaga violácea salida
de la intersección de galvez y escá esa gaviota
-el canto rodado- giraba como una veleta
electrizada por el desierto con la suerte
de no ser desplumada en plena vibración
al menos eso dijeron los taxistas estibadores
esbirros chaveteados vendedores de caramelos
amarillos que se diluyen en la marea alta
y pelada que golpea de tanto en tanto
la espalda escarpada de las doradas sirenas
atrapadas por las hábiles -saurios de adobe-
manos de Benemérito Milla, también,
agrimensor de humedales.

avenida el pacífico

Niño, mira que bonito peluquean a los árboles
van a volar parece
cual si estuvieran dispuestos
a realizar caprichosos vuelcos
como las aves que en extraños planeamientos
describen el curso de las masas de agua
mienrtas las bolicheras cuelgan del horizonte.

Por allá, en laderas norte, dicen,
se cocina el jugoso mejor de los dioses.
Niño, si te digo que los humedales
me hacen recordar el verde verso de vallejo,
no me creas porque hay una sensación
inefable que me invade y me abandona
en medio del desierto como los vicios
el día que los asumimos
para mantenerlos
y jamás abandonarlos
mas que figuran quedan
son la huella
la marca de nacimiento
del coronado
con tres remolinos
de arena
en la
cabeza.

El extrañamiento del turbio Endimion

El hombre finalmente despertó. Fue su morada ceñida a los vacíos de todo origen, huecos de niebla y salpicaduras de cebollita picada sobre la espuma de monda desesperación. Había llegado a las terrazas, dando vueltas como las moscas, chupando distancias verticales, una vez posicionado en la parte más jugosa de su cuerpo, —al suave aroma del seco de cabrito de las axilas—; es decir, con la vista más bonita, la pulpa morada de tanto ser lamida, le escribió una carta entre dientes rechinantes y un gesto en demasía pringoso, aunque sicosomático, que se reduce a un mal menor, su añoramiento.

Intervalo retrospectivo (periodo amarillo y pasto verde)

El pasto está crecido
las vacas -ratas dalmatas- podrían pasar
sin que nos diéramos cuenta

ya no te escucho caer como la noche
ni atar sus costillas alrededor
de la fogata de un entuerto
la tarde dejaba ruinas
los niños hacían volar pañuelos de sus manos
las paredes latían a cada pisada

ella dijo: me hace sentir mi vacío como un puerco miedo a que el amor empiece como un dolor de estómago

él dijo: estamos bajo un árbol en medio del olor a tierra mojada de la hierba, tal vez el amor sea inútil como el zapato de los muertos

Monólogo en hora punta del Turbio Endimión

Voy a seguir sentado todo el viaje, no quiero levantarme.
Así que mire a otro lado, señora estampa de la dolorosa,
porque aquí ni piense en levantar la carpa para usted
y el muñón que tiene por hijo.
Mis huevos hieden, estoy seguro que luego de levantarme
un vaho tibio subirá hasta las narices de los pasajeros,
quienes luego, y muy aristocráticamente, se escarbarán
los sobacos como sucios pájaros fruteros, y un sabor dulzón
parecido al deseo caerá pesadamente como una embarrada pluma
sobre sus lenguas. Saldría volando de este infiernillo,
pero las plantas de mis pies son dos planchas
al rojo vivo por el piso de lata cebado con kerosén,
estoy pegado y mis huevos hieden.

Monólogo blusero de Yocasta*Blue


Hoy me hundo Nuevamente
En tu viejo cuerpo, turbio Endimión,
Solo para escucharlo crujir
como ese viejo mueble que se deslomaba
bajo el peso de nuestro deseo
-la casa de tu madre - recuerdas
dónde me asaltaban Retozantes
y enhiestas tus cálidas manos –happiness
is a warm gun, decías- aunque, ahora, ya no recuerdo
tu rostro, ni si alguna vez reímos de los solitarios
los locos los puros tristes ebrios enfermos totales
que alguna vez nos cobijaron entre sus carnes secas,
mira lo que ha borrado la buena voluntad
de mi ira de tantos años ha.

Los sabores de Blue

Blue rechaza los nuevos caminos
cuando duerme —dice ella
que como una flecha—
a pesar que desabotono la ventana
sus muslos se me aparecen
como el relámpago de la dicha
aunque brillan sin mucho entusiasmo
entonces noto en su pubis los carrizos de un marinero barbado y bengalí
azur casi como la lengua
de un gato persa

No hay cabida en este cuarto
para mayor densidad
que nuestra respiración
que se abre en retazos
fieles a las sombras de su unidad
y quizás al vuelo de una mariposa amarilla
que cierra de un portazo la ventana
y evita de esta manera la en vana floración
de las cortinas o tal vez anteceden
a su efecto y también queman una espalda

Como una paja que nos parte en dos
un petirojo mueve una nube a la altura del cuello
es el deseo de ir consumiendo la distancia que perdí
en traer una puerta que me abriera tus piernas
no es posible respirar con esta postura

COLABORACIÓN DE LA CASTAÑUELA: Hola: te mando este poiema pa tu blog



Canto para la amada Daragoia y las aves del Perú

Allí vas tú, amada Daragoia
Con tu trasero generoso, abundante
Alimentando pajaritos
Más exactamente:
Cuculíes,
Paujiles,
Huallatas,
Incluso la chochaperdiz andina
Se acercó a tu mano
Antes de anidar en los bosques de la ceja de montaña.

Volverás, pues
A ser retratada
Una vez más
El trasero generoso se descubre
Ante un barbero onanista
Que espera,
Navaja en mano,
El manto de tu pubis pajarito.



De Poiemas golondrinos (inédito).

Arianna Castañeda. Jaén, 1981. Estudió Derecho en la Universidad de San Martín de Porres. Ha publicado en revistas como Letralia, El Hablador , La siega, Baquiana, entre otras. Actualmente se desempeña como editora adjunta del Boletín Cultural Chasqui. Es autora del poemario El jardín de los amables espinos (2005). Recientemente fue incluida en 18 Poetas Peruanos: Muestra Poética del 2000, proyecto web Lapsus Collage Editorial. Su poesía ha sido traducida al inglés y macedonio. Blog: animalsano.blogspot.com

Lady Lucien

1
ya no escribo más sobre tu almohada como palabras y no engordan los bolsillos sólo obtengo un mal aliento que no se quita con nada ni masticando tus pezones por el puro placer de ver sangrar tus asimétricas tetas

2
porque tus disuasivas ojeras cerraban cajitas de arena con todos nuestros gatos dentro o eran tus caricias matutinas a veces tibias a veces una mueca crecía bajo tus mordidas y yo me sentía una manzana

Lago

en Juli, Puno

Escamas plateadas
el sol se escapa
bajo el agua

Reflexión hermética con trasfondo quiromántico

Las líneas de mis manos
se están borrando
pero cuando confluyen
tienen la forma de una araña
piérdele el miedo, oscura daragoia,
ellas tiene un afán menos
compulsivo aunque se ciernan
sobre sí mismas
y muden su color
al color del ahorcado

exequias de la pajarita bosanova

Para asistir a las exequias de la pajarita bosanova
Debes padecer tus temores frente al gran espejo luminoso
que te expurgará las mañas sin tocarte un pelo
Un ruido leve de alas sucias será la señal que has pasado a la sala
recuerda que un pensamiento puede rayar el parquet
un movimiento del espíritu puede abrir las pesadas cortinas
y desatar la lluvia bajo los metales de un corro de ángeles desplumados
que te saludarán sin verte siquiera, aun así llegarás
donde la armonía, esa sucia puta, recostada sobre su gran sofá rojo,
detrás de la palmera y la arena ardiente, acariciándose los pliegues
mas no olvides el gesto contrito y el guiño respectivo -palo de aguaymanto- .

Combi’s thoughts (o poema urbanitas)

Abro la ventana de la combi
Convocan a un emborrachamiento Masivo
(una plaza del centro).
Recuerdo
las palabras de una canción cantinera
sobre los amores de la vida
quien sino las mujeres que lo arrebatan
a uno cual flechazo del regordete alado
En pocas y justas palabras
señoras y señores
Con ustedes
el instante
—metales al fondo—
(poetas aplauden como focas)
llegamos a san isidro
nos recibe un clown malabarista
cabellos crecidos
castaños y ensortijados
barba tupida
como selva
como supay
a lo lejos
entre el húmedo bosque de luces
Una bella mujer fenicia
De altas y rosadas encías
Tiene la tibieza
de un gamo herido
que lleva sobre el lomo
un costal lleno de sal
tan grande
como su cajita
de chocotejas

De la búsqueda de la virtud

Donde todos los perros ladran
voces de gatos vuelan,
dijo el ermitaño de yerbateros,
cuando el smock evapore los pelillos de la nariz
y un recuerdo pese más que un ojo, agregó
mientras acariciaba la costra de su frente
será la hora de dormir bajo la hierba,
mirando las altas y rojas encías de la noche.

visión para diosa caribeña y ruinas de pukapukará

Para llegar a tu escote —visión esmeralda y orilla lapislázuli — necesito el sebo del poder, untármelo bajo las axilas y sobre el vidrioso pecho, entre las piernas derrengadas y la cerviz redoblada de empleado público — que abriga sus huesos con los legajos de las vacas, nuestras vacas — que está aquí por la fuerza de los vientos, y no será necesario mencionar los problemas del estómago —ajada circunstancia que hace arder los pastizales de la alegría—. Pero lo que no saben tus fieles, ni tu misma —aunque deberías darte cuenta sin que te lo dijera— es que yo soy el sol que brilla de noche, en medio de tu duermevela empieza mi reinado, cuando te sueltas los cabellos y se derrama como una tormenta sobre tu cuello y son mis dedos los que dejan sus huellas —como fosforescente babita de caracol— que bajan de la comisura de tus labios, mírame brillar por la hornacina de la dicha mientras mastico tu nombre y azoto dulcemente la espalda de los amantes furtivos —mis hijos predilectos como los runas— que se arquean entre las ruinas.

sobre el deseo::primera recordación

como un animalito
creciendo al aire libre
como el jardín de la casa
el pellejo de nuestras
oscuras complacencias

trip al futuro::por lo tanto::poema futurista::atardecer en cerro

la mayoría de las reses
siempre se sorprenden
de ver rodar sus cabezas
sobre las afiladas laderas de los cerros

a manera de flashback: un poiema con cannabis y enamorada

Me gustó tu idea de perder el tiempo
bajo un árbol tu razonable manera
de pensar la historia como una danza
en pos de un encuentro
un el y ella
que se transgreden los límites
no sin cierto gozo o cierto dolor.

Esa es toda nuestra historia
decías encantada de encender y lanzar
palabras a mi alcance
mientras ibas —casi sin darte cuenta—
dándole forma de cuerpo al humo
de mi cigarrillo y poblando mi espalda
tan llena de silencio
como a la página en blanco
estas palabras que te escribo.

Desde entonces
se pudo leer el cielo en tu cuerpo
y a su tiempo
saber si el día sería o no triste
si el sol acaso sólo una mancha
sobre las cosas
como un antiguo vicio
que hay que ocultar a veces
hasta de nosotros mismos.

algo pal colesterol

Siempre a la tibia y rosada hora del gamo
a medio camino entre el pensar algo sucio, la mañana
y el juego de las manos desenredando su gentil destino
No había antes y después más prudente
Que la hora de cepillarse los dientes
-de mango aerodinámico y vibrador lontano-
un paraíso me sugieren tus ancas de porcelana
cuando las veo por el espejo del hostal
depiladas
con lengua de gato azul ruso
que topa su nariz y da pie para lanzar volutas de humo
alrededor de tu cuello colgando palabras como frutos
-la voluptuosidad de la carnecita fresca, humeante-
tuve la suerte de descubrir mi talón de aquiles
una tarde soleada, digo suerte por no decir dicha,
sentado bajo la sombra de una morera en llamas
abstraído por completo y caído mas allá
de sus paltas y plantas,
sus flores de perdigón, un rosé espumante, no sé, que se derrama.

Who loves the sun

Evitar toda relación posible con la belleza
después de todo no es necesario
pasar revista a nuestras miserias
para querernos un poco cada día,
ni regresar a casa cuando el sol tiene
la misma fuerza que mis ganas
de lanzar su tibieza decrépita, ruinosa;
y a pesar que luego hable mal de mi
y diga que no encuentro el tono adecuado
que debo imprimirle a estas palabras
para que posean un significado concreto
frente a ti, mis falsas esperanzas,
en fin, eso es todo
lo que te puedo ofrecer:
un balbuceo estúpido
y milenario.

Ulises

I

De pronto comprendí que toda mortificación provenía de tu espalda
y sobre todo de no saber ensuciarla debidamente

después de todo la repugnancia me convierte en un mártir frente al espejo
—la imagen es siempre devuelta a la noche encerrada entre tus brazos
a su gentil tregua acomodada en la desesperación de un adolescente—

Ya deberías saber que eso es todo lo que te puedo ofrecer,
a parte de un vicio estúpido adquirido en la tierra de los feacios:

cubrirme el cuerpo de heridas para luego ser lamido por mi gata —no le des más vueltas, me dijo el psicoanalista, detrás de todo sacrificio se encuentra el complejo de Edipo— sin embargo, no había tomado en cuenta el blanco motivo de tu espalda, a pesar de haberle dicho
que las líneas de tu cuerpo me recordaban el mar
huyendo como un hermoso mamífero ondulado por el viento
como un arcángel de aluminio rondando mi cabeza que deja
sus sentencias encendiendo y devorando rápidamente
los sueños apelmazados en mis cabellos por el humo del cigarrillo
como un poema que se escribe sobre nosotros, una larga sombra que nos dé alcance. Hay algo para mi que tenga sentido fuera de tu cuerpo sometido a los rigores de la palabra ? Necesitaba decírtelo, Penélope, ya que con mi silencio siento que de alguna manera exorno tu falta de voluntad para dejar de fumar y acaso tus nuevas manías adquiridas con el tiempo y la distancia.



II

Y están tus medidas tomadas contra cualquier manifestación de intolerancia. Las columnas de humo que se elevan por toda Lima no son señales de tu cuerpo, Penélope, sino sólo la quema de basura y en algunos casos los holocaustos ofrecidos por los yungas a sus dioses familiares.

No le creas a los viejos sibaritas cuando te dicen que En determinadas horas de la tarde se dejan invadir por tu soledad, y hacen de todo rechazo posible una coronación, todo cuerpo desechado en la orilla del día venidero guarda en su interior sentimientos de culpa en sutil batalla contra el amanecer.

Mientras caminaba por las calles del centro una paranoica mosca me rondaba la cabeza, clara Penélope: qué de los que durante días siguieron los invisibles caminos que llevan al sol
del este al estón?

la limpia caída de aguas rodaba sobre tu sombra
como una manzana demasiado silenciosa y transparente para ser
tenida por una caída y roja manzana.

Entonces quedaba descubierto el lento mecanismo que movía las cortinas mientras se adhería la herrumbre a las patas de gallo para desbaratar tu cabellera y su aparente armonía con el paisaje marino entonces había que derrumbar todo los monumentos por el salitre de la brisa y la arena y sobre todo alzarle la falda a la hermanita de Ancón, esperando llegue al esplendor al primer toque de diana, hacia su más secreta y a-tercio-pelada victoria lejos de los viejos sabios todos los movimientos que se originan y terminan en uno mismo auto-inculpándose son ciclos de inmolación, Penélope, estaciones firmemente consumidas por tus manos
blancas
como tu espalda.

In memoriam


1.- A pesar de su oscuridad
A pesar de su insalubridad
los pasadizos contenidos por su camisa
encierran el vellocino siempre en conflagración que lee un poema
ese es david tumbado bajo un árbol de moras
y yo también estoy a su lado solo escuchando sus latidos
como los pasos que nos llevarán a sacudir una estrella.

2.-cuando a David no se le ocurre nada que escribir
piensa en ***** y su condenada dentadura
recuerda su amarillento brillo Una flor diente de león
saliendo de cacería un día invernal
de pronto decidió encontrar su cuello albergando la tibia
propiedad de los compradores compulsivos
dicen: nosotros necesitamos vender estupefacientes
y guirnaldas luminosas y bacon a los amantes del queso ácido.

3.- estuvo redondo David bajo las arcadas
cuando solamente a oleadas yo llegaba gris
caminábamos bajo la perspectiva
que deja un vacío empozado en la nuca
por eso tolerábamos el extraño entusiasmo
de los suicidas frente a la tibieza
pero ya sólo recuerdo el ruido de mis manos
jugando con su osamenta de aluminio.

4.- de pronto una mano tomó el brazo de David
una forma mendicante no altera la mañana –pensó-
no hace desaparecer el sol tras los harapos pestilentes
escondiendo la vena fulgurante de nuestras flaquezas
fue concesivo con la miseria y le dio un sol
pero nuevamente nos vimos enfrentados
con nuestra fría cavidad latiendo como una batiente
caricia que anuncia todas nuestras estaciones

5.- la permanencia aunque no era absoluta
bien podía considerarse como una hazaña
fuera de universales David aborrece hace veintidós años
los estereotipos y las manías sin plena
y verosímil justificación (en especial las escatológicas),
pueden considerarse artesanales sus maneras
de concebir las dimensiones afectivas
que usualmente envuelven a toda persona
de alta volatilidad con cuentas hechas con los huesos
de los canes atormentados por sus dueños.
Nada más grato que la pura concupiscencia individual,
la fuente irradiante del más puro arte onanista
estuvo en la palma de su mano aunque, finalmente,
no sabremos si todo esto puede ayudarnos
a proyectar algunas conclusiones
sobre su dulce suicidio.

ghandy y the ocean blue

a Ghandy Ch.

1 descripción

sonrisa en flor
y ojitos moche


2 flashback


tu sabes que viví en zona roja
en un pueblito olvidado
en las alturas de Huancavelica
las piedras amanecían bañadas
con sangre y las puertas
se doblaban con las botas
y los pasamontañas
eran supays


coro


As she twists and she whirls
And she dances it all away,
The problems persist,
they won't Go away
She twists and she whirls
Dancing it all away,
Would rather see the night
Than the reason of the day

4

yo dormía como drácula
has visto drácula?
Así dormía
Metida en una caja
Como un zapato
Y eso que no sabes
Lo difícil que es amar
En un zapato
Quien me quiera
Escuchar tendrá
Que hacer caber su torso
En una huacha oxidada



duermevela de fakir

Cuando me tiendo sobre los clavos
No dejo de notar que cierta tibieza
Como fugada del final del día
Me envuelve en una coraza más dura
Que el tiempo y puedo sentir que el hierro
es sólo la sucia lengua de Dizzy
haciendo de trapecista
en medio de mi espinazo

por eso
me pregunto
con esta espina
dobla
da al cinto
y los bolsillos vacíos
si no hay cosa más dura
que roer el hueso de los insomnes


Canción ayahuasquera para nadie

No era tu padre la sombra que nos miraba desde el filo del mar, las voces que llegaron envueltas en celajes espumantes, cual parte, víscera azul, de un cuerpo que necesita champagne, carne y, sobretodo, el vuelo de las moscas, mas parecía querer morirse por dentro, porque empezó con eructos y luego terminó por enfilar a diestra y siniestra erecciones espontáneas, celo del estómago que se arquea, le llaman, con todas las ganas del mundo la necesidad exige el peso del cielo, hijo de las estrellas, recuerda vomitar lienzos y despedir cadenas para conseguir un poquito de ti en cada una de ellas, así como si fueras el pequeño y oscuro mito de la caverna leporina.

el cuarto menguante del narciso hipocondriaco


1

El depilado empieza por la tarde. Mira en el espejo sus muslos de atleta, su trasero decae y se agita porque sabe que la soledad es un mal tópico para asentarse. Un rincón que se ha mantenido libre de todo tráfico es el ombligo, ahí levantarás la primera paja y habrás amado, en esas estaba, arrobado por la secreta contemplación, vísceras azules, salpullido ex profeso y delicuescente, por ejemplo, ahora mi mano ha decidido seguir el curso, total de las horas lácteas, esa combi pasa a cada rato y en este lugar, sin duda, seré el primero en morir, dónde estás escobita de bello púbico?, mi gran amor tiene hojitas verdes como hojitos rojos y mucha, pero mucha, concha. He ahí la naturaleza de las cosas, hijo, sino pregúntale al jardinero y su manía de llevar las aguas turbias por el hábito gastado del burócrata onanista que en medio del sueño se parte el espinazo.


2

Su cabeza habita un cuerpo extraño, de ahí su mal humor y la ojeriza de los espejos, vaya mártir que resultó este perro del hortelano, viaja sin pagar y, encima, acomoda su costal de moños rojos en el otro asiento, que tal conciencia. El muy huevas se pasó todo el viaje mirando la calle vacía como perro que se tiene poco aprecio y de ahí que ni amigo de sus pulgas y su ensañamiento arde cuando el sol muerde con las uñas. El acto más placentero que se puede hacer, dijo alguna vez entre dientes, era rascarse la espalda sobre el lomo de las piedras masticadas por las olas.


3 (Outlaw blues)

dylan me lleva por la tupac amaru en una combi vacía que avanza
para dar a la caza alcance.



4 (amuleto)

Frente al espejo miro que me crece una rala y patética barba, mis dientes amarillos tienen una corona verdosa, mi nariz hecha humo y en mis ojos dos surtidores de niebla difuminan las distancias. El cuerpo se desliza hacia la tibieza de unas vísceras palpitantes, recién cosechadas. Turbieza de ánimo me lleva a desdeñar el otoño, dejo rodar mi cabeza por el filo de la ventana, recorre los pliegues y repliegues de la carne, las zonas donde el amor no llega, un país lejano y húmedo donde todo principio es una piedra esmeralda.

5 (futuro)

Acamparemos sobre el mapa de enredaderas
atendidos por la nocturna sombra de una gentil morera

fumaremos esmirra azafranada entre las pieles de carnero

6 (a screamin' jay hawkins)

los ruidos de la radio suenan como canchita reventando
en mi cabeza
se bajan por el lapicero
y me llevan un poco por la tangente
de la belaunde p'arriba te llevan las lanchas
aunque a esta hora de la mañana están nubladas
duermen el sueño de los turbios
trazando la rúbrica del bus esa nube de plomo
tiene buen lejos e interesante perfil
se parece a la javier prado por la noche

yo bailaba con mi sombra
dejándome llevar por un cantante de ópera negro
que todos deberían escuchar

y ver saliendo de un cofín morado
para hablarle de manera jocosa
a su buen amigo
el costal de huesos, henry.

ellos bailan con james

yo te decía sin que te dieras cuenta
que éramos la oscura pareja del eka
la que en medio de la pista baila
sin ritmo sin dinero y sin vergüenza
sigue derecho el camino de la noche
y resbalarás por mis caderas, me susurrabas
entre say something say something
madura y agria como los higos
que me cuelgan del mostacho
gracias a nuestra lucidez
—esa oscura bruma—
no hay necesidad de ver
las ruindades del otro
con ojos de camello
el animal más perro, agregaste
mientras tanto
yo sumía mi joroba
y movía mis huesos
de acromegálico
con una cañita de pescar
cuidando
de no pescar
tus pies envueltos por la espuma.

Santo Domingo

Mientras iba desde Cavillaca
Hacia Emancipación
Una idea de mimbre
Y tierra muerta
me tomó de las axilas
olió a seco de cordero
y una porción de garbanzos
una porción de garbanzos
yo sería feliz me dijo
con una porción de garbanzos
mientras sumergía su rostro
en el hueco de las manos
a partir de ahí
por el descarnado
monte de venus
El camino hacia
La hoja en blanco
Puede pasar
por sacudir una estrella
me dijo entre palomas
el mendigo
de Santo Domingo

winston smith dice

Julia, si miras bien mi constelación de manchas
observarás una pareja de pajaritos copulando en el cable del telégrafo
y, además, a todo la collera de nuestras queridas grises ratas
dándole toques de diana a la mota
es que en ese tiempo yo tenía fe en el pasto quemado
era grato para nuestros espinazos (lo justo es nombrarlo)
por eso cautivo de mis vicios fui afortunado
aunque debo reconocer también que la conversión fue dolorosa
entre espigones que se arqueaban sobre mi frente
y enturbiaban todos los remansos donde
nuestras queridas grises ratas se acicalaban los bigotes
cantando al suave pacer de la corriente de agua
bailaré sobre tu tumba y te daré un hombro cansado
para colgar entre lágrimas de cocodrilo el hábito
del tronadito que se quiebra con una paja.

Fábula hermética con trasfondo épico

Obtenida la primera respuesta sacude su pelaje: así se desprende de las molestas objeciones. Las huellas, el rastro de sangre que el ser amado dejó en los rincones de la casa. Nadie se adelantó al anuncio de su esplendor, era el anuncio de su decadencia. Insólita huída la que emprendieron nuestros hombres tras ella, la última palabra. Ella sabía muy bien a qué atenerse: una piedra, una bacinica y un camastro en la que cada noche tras la llegada del hombre le abriría la cabeza de una pedrada.

Cancionario apócrifo sobre los estados de la piedra esmeralda

1
Astros como señales
estrellas de barro
vida como fuego aire agua tierra
vivía como una semilla de reptil

las cáscara rota dentro de nuestros antepasados
rol de creación y corrupción necesita a la naturaleza
dijo, el runa, entonces creamos las ciencias liberadas
por conocer la ciencia de todas las cosas

y sus viscosidades



2
para vivir con las oscilaciones
de cubito dorsal
impregnado hasta el alma
de ventrílocuo de papel aluminio
estrujado como una naranja
completamente azul azur sin vergüenza
asentándose en la mayoría de los tópicos
sin punto de comparación
corolarios sobre los hombros
el horizonte cuelga ojeras
sobre alambres oxidados
a manera de vecindario de película
tornasolada por la frialdad de las lluvias ácidas


3
es algo en la garganta
fácil en la retina cuando soporta
varios planos
y la piel asume una perspectiva diferente
a la caída del sol en la ventana
un movimiento que se petrifica
es una serpiente
que tiempo atrás
definiría la espalda
del tiempo contra la arena
y hasta el de las mujeres
con las estrellas


4
no me voy
porque mis párpados llegan
hasta el suelo
y mis brazos han arraigado
en el papel menos compulsivo
la vibración de una tela de araña
es como la campanita de la comida
de esas películas
o eran dibujos
que caminaban como gatos
amortajados al roche de la noche


:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_

coda


Entre la edad del vitriolo
el espejo que se libra de los reflejos
con una vieja navaja de afeitar
se distrae con el verde esmeralda
cuando los ojos echan fuego
y la descomposición

es una virtud desconsiderada

La gata

Mi gata duerme
sobre el sofá

afuera las horas pasan
la gente pasa

Abre un poco los ojos
Se estira
mitigando los calambres
—un mar embravecido
golpea sus costados—
luego los cierra
y sigue durmiendo

Breve homenaje a Brecht en 3 actos


1
(Escenario: Caminando bajo las arcadas del centro
la neblina bajará lentamente
como un estallido frío y longevo)

Sobre una carretilla de churros
Llevo a mi hija
que se estremece por el ruido de las ruedas
cuando pisan huesos estrujados
los pateo
Ruedan inhóspitos
y pienso en los gusanos

¿ a dónde se habrán ido?


2

( luz de llegada de la mañana: penumbra azulada)

¿ el frío es nuestra piel
señor emolientero ?


3

los señores se fueron
tras su segunda vuelta al mundo
a su casa de playa
Y no le dijeron nada a naides
Yo le hacía trenzas de humo a la niña
Que sobre el mantel
había poseído
Mi hermano el jardinero
El verano pasado

Escaparon

viaje a través de la madera (primer intento)

cuídate de los perros de traza
buscando las señales de humo
mis ojos ruedan como dos sandías
recorriendo los caminos de la madera
entre una salita de tierra roja
muebles de fierro y sillas de mimbre

(a veces hay que cerrar el círculo
no necesariamente alrededor del cuello)

me refiero a la pared que se quiere abrir
como una boca llena de tablones
con un panal de abejas
dentro de la cabeza
y ondulaciones en tu pubis
un celo bioquímico producido
por mis excesos de ranita

para el padre
la otra tarde me sugería hacerme cama-león
después de todo agregó
había que aprovechar lo buena gente que era el jefe de la tribu
y así te puedes tomar una tarde o una mañana
porque mira tú
primero la salú

me refiero también a una canción
ochentera que me gusta mucho pero
que lamentablemente no cito y no canto
por culpa de esta vegetariana
memoria mía
(darklands)

la madera es fría y oscura
y habla desde todos los paralelos y fuentes
habla a través de ti Eleuterio
y me hace hablar con el cuerpo abierto
y puedes ver mi pepa negra mi tripa salida
(mueca de asco)

en ese momento pensaba que mis dedos podían arar tus cabellos
te señalo las estelas amarillas que dejo en el aire
afuera se cobija tibiamente
un perro
bajo las arcadas de la luna
mi estómago
gira y se llena de estrellas
tengo frío

Poética


palpo la cavidad
con mi lengua
tengo noventa años
y poseo este único entretenimiento
escarbarme los huecos
de las encías con la sinhueso

jugando con Almudena


El elefante morado
Esperaba bajo las patas
De la mesa verde olivo

después te va a quedar
El diente chueco
por tanto morderle las patas
a las jirafas

—sírvame un café
con mandarina, por favor—

luego pasearemos descalzos
alrededor del baobab silencioso
para dormir
a mi hija
la tierna serpiente
que se enrosca
en tu tobillo
y te hace
pelar
pisar
quemar
trizar
las escamas de los goldfish
la cola de la gata
las plumas de los loritos

las orejas de la perra

combi*

( 1º altar)

un par de garfilds
c/u tocando una guitarra eléctrica
un guiño de aluminio en medio de los cerros
y tu cabello solía volar
como la cinta bicolor a lo largo
del parabrisas
en medio
oscilante
y sucia escarapela

se abre como una flor
que pretende brillo solar
casi a la misma altura
de los dientes el corazón
se parte en un par de zapatitos
blanco y rojo rojo y blanco
colgando del retrovisor
exactamundo encima
de la capilla ardiente
encerrando a nuestro ensangrentado
señor de Ayabaca
rodeado de palmas doradas
y terciopelo
rojo

en el centro
dominando el fondo
recostada y obesa
la panza de burro
y sus garrapatas
corriendo como locas

2° entrega: BREVE JORNADA DEL HOMBRE CANSADO


no hay desnudez que no haya
atravesado la lengua de dizzy
la suave piel por ejemplo De un animal asustado

con el paquete más duro que el trulo alex
me da por lamer tu mano llena de almizcle
y asbesto
te la hundo hasta el estómago
y se altera la órbita de nuestra percepción
tu corazón de nadadora
es un huevo ovillado que no te ha dolido al salir ?

ha empezado a enfriarse mi espalda
Un café a tu nombre no le viene mal
A mi estómago que tiembla como el lomo
De un animal asustado por su sombra

esa película es mía dije
mientras encallaba un espigón rosáceo en medio de mi frente

The electric angel's fall

a silvia

cuando la lengua
se enrede con la lujuriosa relación
entre la taza de café
y el temblor de las manos
el poema será un bulto que no se puede
arrojar fuera de la boca
el espinazo de nuestras afecciones
se arqueará como el del pescado

que se esfuerza por zafar su aleta del anzuelo

poema de mentira

Me acosté con nube negra cuando tenía forma humana
En la mañana la encontré bajo la sombra del kiosko de Acos
Comprando pan para los canes atormentados por la sarna
Nube negra no tenía piel se le había descascarado
una noche de tormenta y pastillas yo la besaba la mordía la engullía
Luego pacía sobre sus constelaciones —picaduras de zancudo—
Y después del amor escuchaba sus toses y carraspeos como si estuviera bajo el agua
Nube negra era suave como espuma de polietileno
Cierta vez leí de un poeta menor

que su gran grupa marmoleada parecía modelada por Botero
Lo cierto era que era suave al tacto, Sancho, como suave piel

de melocotón aglutinada por las frías aguas del río chillón.

Nocturno de Newport News

fragilidad de tela de araña
sobre la que resbala el mundo
un golpe seco en medio del pecho
es sólo el café que se avinagra
de tanto tragar sapos
del tamaño de hipopótamos
para asumir los rigores
de la paja seca que arde
en la palma de la mano

1º Entrega

La Estrellita que se fue por ahi

Caminando sin caminar, que es como caminan los ensimismados, me topé con algo. Cuando me acercé puder ver que era una estrella caída. Al acercarme para recogerla ésta se alejó, arrastrándose. Esto es cosa seria, dije, y me puse a pensar.