Eielson siempre Eielson

Cuerpo transparente


Completamente azul y despeinado
El corazón y la cabeza entre las nubes
Heme sin mejilla y sin mirada
Con un rayo de luna en el bolsillo
Para vivir
Uso una máscara de carne y hueso
Un cigarrillo y luego una sonrisa
O primero una sonrisa y luego un cigarrillo
Posiblemente encendido
Visto saco y pantalón planchado
Frecuento hoteles amarillos
Nadie me espera ni me conoce ni me mira
Mi cuerpo es humo materia indiferente
Que brilla brilla brilla
Y nunca es nada.


De Noche Oscura del Cuerpo, Roma, 1955

s/t

Luego de sufrir lo humores del infiernillo de la línea 3, bus en el que vengo al trabajo y, lo peor de todo, sudar como chancho por la cólera que me dio el cuerpo del grandulón que me tapaba la luz y oscurecía más de la cuenta las páginas del libro que venía leyendo colgado del pasamanos, fui invadido por una sensación de vastedad cuasi religiosa cuando, bajando del micro, mi flaco cuerpo se topó con el frío. Sí, aquel maldito frío que nos hace tiritar cuando nuestra piel toca las mojadas sabanas de humedad a la hora de acostarnos. Esta vez pude sentir el frío que se hundía poco a poco en mis huesos y una extraña y placentera sensación me invadió no sólo el cuerpo sino también el ánimo.

Ahora, por la tarde, luego de almorzar di una caminata añorando tener un poco de fifi que fumar. Mientras caminaba de pronto me volvía a copar aquélla extraña sensación de bienestar y vastedad. Caminaba solo y lleno de plenitud (aunque no sé qué clase de plenitud). En algún momento pensé que mi organismo quizás podía liberar dopamina a la hora de la digestión y de ahí esa sensación. Segundos después me reí de esta idea por ridícula y angurrienta.

Oda 51 de Ricardo Reis -

Quantos gozam o gozo de gozar
sem que gozem o gozo e o dividem
entre eles o verem
os outros que eles gozam.
Ah, Lidia, os trajos de gozar omite
que o gozo é um, se é nosso nem o damos
aos outros como prémio
de verem nosso gozo.
Cada em é ele só, e se com outros
goza, dos outros goze, nao para eles.
Aprende o que te ensina
teu corpo, teu límite.

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Cuántos gozan el gozo de gozar
sin que gocen el gozo y lo dividen
entre ellos y el ver
los otros que ellos gozan.
Ah, Lidia, los trajes del gozo omite
que el gozo es uno, si es nuestro, no lo damos
como premio a los otros
por ver nuestro gozo.
Cada uno es él solo, y si con otros
goza, de los otros goce, no para ellos.
Aprende lo que te enseña
tu cuerpo, tu límite.

Traducción de Ángel Campos Pámpano

de Odas de Ricardo Reis
Pretextos, 1998

Ricardo Reis - Fernando Pessoa

Reflexiones dentro de una iglesia

al Toyo Fernandez, donde diablos esté


Teóricamente,
este espacio no le pertenece a nadie
como las caricias de una mujer pública
pequeña ínsula a la deriva
que se rige por sus propias leyes
y una asidua feligresía.
Teóricamente
este espacio es sagrado
y las leyes del hombre
pierden piso y peso.

Carlos saca el falso
y es el primero en parchar su corazón.



Summertime



a Juanina y Andrés


Barbariquia
Calcabrina
Aliquino
mis caros amigos
dorando sus cuernos y colas
en agua dulce deben estar ahora
tendidos en el flujo plateado
de sus memorias luciferinas
remontando las extremidades
amadas cual sobre vísceras
palpitantes la tibia arena,
delectación del abandono.