Carrusel en jaulas

Pajarillo yanasiqi dice
que la piedad y la culpa
son los enemigos del verduguillo
y las plumas erguidas cual vergas
el espasmo del remanso que se enturbia
como una muchacha pudorosa

Mono yanahuishla dice
que soñar con las caderas prestas
y elevadas de la mona que se desea
describe un poco patéticamente
el pegajoso sentimiento
de la autocompasión absoluta
que se derrama
como la sangre que se traga
para la ofrenda
de incendiar los platanales

Pishtaco sacaojos dice
que luceros bailarán como culebritas
en las cuencas vaciadas de los
cuyes -pequeños humanos sin cola-
el espectáculo de sus infinitas luces
serán como sus chillonas voces
horadando el pellejo de carnero
con que el hombre de añil
—el que cuida nuestras jaulas—
cubre su vacío
con dejadez
y vergüenza

A really good time blues (Imitación, a modo de homenaje, de Bernardo Soares)




Alejado por enfermedad de los humos fatuos
por voluntad propia del trato humano repudiado
cultivo como ofrenda el peor lado de mi naturaleza
y su frío desdén por el entusiasmo de la gente saludable

Escribo por vergüenza ajena sin pretensión literaria ni terapéutica
últimamente posar el lapicero sobre el papel
tiene el mismo efecto de mis índices presionando la pústula
que arriba a mi piel con indecencia

Escribo para dejar marcas en el camino de regreso que detesto
sumergirme de lleno en la miseria de una vida condenada
al deterioro consuetudinario sin solemnidad ni indiferencia

La soledad grata a mi biliosa naturaleza me ha vuelto un ser repulsivo
las miradas de las muchachas en flor me llegan como pedradas

Poiema para que mimi huang deje de odiarme

Me pregunto si en tu voz los cadenciosos versos
de Oh Sae Young sonarán como los susurrantes
bambúes agitados por los vientos de marzo

Mimi, tell me when my light turns green:
las onduladas músicas de los ensimismados
provienen de las blancas palmas de tus manos consteladas

Y te escribo bajo el temblor de mis párpados quemados
Y la posibilidad, siempre grata, de sufrir una parálisis

Y todo por esforzarme en recordar el tibio olor de la grama mojada
La lluvia estival de noviembre en medio del valle sagrado
La belleza de Pisaq

Porque no nos queda otra que seguir el camino estelar del agua pulida
para abrigarnos del cansancio y de la luminosa ubicuidad
de los turistas japoneses

Para la próxima, I swear, llevaré vino tinto, laurel y especias