Marco Valerio Marcial (40 dc- 104 dc)

Del Libro VIII

LXXVII

Liber, amicorum dulcissima cura tuorum,
Liber, in aeterna vivere digne rosa,
si sapis, Assyrio semper tibi crinis amomo
splendeat et cingant florea serta caput;
candida nigrescant vetulo crystalla Falerno
et caleat blando mollis amore torus.
Qui sic vel medio finitus vixit in aevo,
longior huic facta est quam data vita fuit.

77*

Líber, la más dulce preocupación de tus amigos;
Líber, digno de vivir entre rosas inmarcesibles,
si eres sensato, que tu cabellera brille siempre con el amomo
asirio y ciñan guirnaldas de flores tu cabeza. Que los limpios cristales de tus copas
ennegrezcan con añejo falerno y que un dulce amor dé calor a tu blando lecho.
El que ha vivido así, aun falleciendo en la flor de la edad, ése ha hecho su vida
más larga que la que se le había concedido


77**

Líbero, por quien con tanto gusto se preocupan tus amigos,
Líbero, que mereces vivir entre rosas inmortales,
Si eres prudente, que siempre tu cabellera de oriental perfume
resplandezca y ciñan tu cabeza la flor y la guirnalda;
oscurezca lucientes cristales un buen vinillo añejo
y se caliente tu cama blanda con un amor tierno.
Quien así, aunque sea la mitad del tiempo, vive
Más larga vida tiene de la que se le concedió.



Del Libro X

XLVII

Vitam quae faciant beatiorem,
iucundissime Martialis, haec sunt:
res non parta labore, sed relicta;
non ingratus ager, focus perennis;
5 lis numquam, toga rara, mens quieta;
vires ingenuae, salubre corpus;
prudens simplicitas, pares amici;
convictus facilis, sine arte mensa;
nox non ebria, sed soluta curis;
10 non tristis torus et tamen pudicus;
somnus qui faciat breves tenebras;
quod sis esse velis nihilque malis;
summum nec metuas diem nec optes.


47*

Lo que hace más feliz la vida, gratísimo Marcial, es esto: una hacienda no
ganada con el trabajo, sino por herencia; un campo no desagradecido, un hogar siempre encendido; pleitos nunca, toga poca, la conciencia tranquila; un vigor congénito, un cuerpo saludable; una prudente sencillez, unos amigos de la misma condición; unos convites fáciles, una mesa sin artificio; unas noches sin borracheras, pero libres de preocupaciones; un lecho nada triste y, sin embargo, púdico; un sueño que haga cortas la noches; lo que uno sea, querer serlo y no querer más nada; el último día, ni temerlo ni desearlo.


47**

Aquí tienes, Marcial, mi buen amigo,
Los bienes que una vida hacen dichosa:
Un patrimonio heredado, sin ganarlo con trabajos,
Un finca agradecida, hogar que no se apague,
Nada de pleitos, ataderos pocos, mente serena,
Un natural vigoroso y cuerpo saludable,
Franqueza reservada, amigos de tu clase,
Trato asequible, mesa sin requilorios,
Noches sobrias aunque limpias de cuidados,
Una cama sin pacatería y decente sin embargo,
Sueños que acorten lo oscuro de la noche,
Querer ser lo que se es y nada más,
La última jornada ni temerla ni buscarla.


Del Libro XI

XLIII

Deprensum in puero tetricis me vocibus, uxor,
corripis et culum te quoque habere refers.
Dixit idem quotiens lascivo Iuno Tonanti!
ille tamen grandi cum Ganymede iacet.
Incurvabat Hylan posito Tirynthius arcu:
tu Megaran credis non habuisse natis?
Torquebat Phoebum Daphne fugitiva: sed illas
Oebalius flammas iussit abire puer.
Briseis multum quamvis aversa iaceret,
10 Aeacidae propior levis amicus erat.
Parce tuis igitur dare mascula nomina rebus
teque puta cunnos, uxor, habere duos.

43*

Al sorprenderme encima de un joven esclavo, me lo recriminas con gritos
furiosos y me recuerdas que tú también tienes culo. ¡Cuántas veces le dijo eso mismo Juno al libertino Júpiter! Él, sin embargo, yace con Ganímedes ya crecido. A Hilas lo ponía con el culo en pompa el de Tirinto, dejando a un lado su arco. ¿Te crees tú que Mégara no tenía nalgas? La huidiza Dafne era el tormento de Febo, pero el joven de Ébalo hizo que se apagaran aquellas llamas. Aunque Briseida se acostaba muchas veces vuelta de culo, el Eácida tenía más cerca a su imberbe amigo. Déjate, pues, de dar nombres masculinos a tus cosas y hazte cuenta, esposa, que tú tienes dos coños.


43**

Me has cogido con un niño , esposa mía, y con voces desabridas
me riñes y recuerdas que tu también tiene un culo.
¡Cuántas veces Juno le ha dicho lo mismo al Tonante retozón
y él sin embargo sigue acostándose con el talludo Ganímedes!
Hércules doblaba a Hilas cuando de doblar el arco paraba:
¡crees tu que Mégara no tenía sus propias nalgas?
Atormentaba a Febo Dafne la esquiva, pero el bello
Jacinto dispuso que de su alma salieran aquellos ardores.
Aunque Briseida se acostara dándole siempre la espalda,
Tenía Aquiles muy cerca de su amiguito lampiño.
Deja por tanto de poner a tus partes nombres varoniles
Y considera, esposa, mía, que dos coños es lo que tienes.

*Traducción de José Guillén; Revisión de Fidel Argudo
**Traducción de Juan Fernández Valverde y Francisco Socas

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