Si me entrego con dedicación al recuerdo
de tus caderas podría medir el tiempo
con las palmas de mis manos
y pasar por el lado de esas muchachas
sin sentir su tibieza decrépita,
pasearía entonces con mi ánimo al tope,
erecto mi espíritu sin mayor oficio
que dejarse arrastrar por el viento de los metales.
Soñar que estoy condenado a la vigilia perenne
puede significar que el insomnio no se hizo para
los débiles de voluntad quienes, sin embargo, reciben
con profunda delectación el espigón rosáceo
de la autoindulgencia, el signo del desdeñado,
el hijo del tormento, leporelo del insomnio
dedicado con especial cultivo a la mujer del prójimo
en especial, aquellas, las de caderas de armonio siglo xvi.
Ahora que el sueño me llena
como el más esperado narcótico,
me doy cuenta de mi natural pudor
de escribir falseando mi espíritu
ante mis estados de ánimo
anclados sobre el papel cebolla
los legajos de un solitario más,
un gran pendejo en el fondo
-perdonen la impudicia
Alonzo, The Armless
Publicado por
cmp
en
Thursday, August 09, 2007
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment