Fue una canción

Sigo la canción hasta el bosque de cousiños
pero tu no me acompañas porque a ti no te gustan
los lugares rascas ni ordinarios aunque debería
precisarte que yo voy al bosque de cousiños
de los años cincuenta y no al parque o’higgins
cuando nosotros ni planeados estábamos
para pisar esta malsana tierra lugar impropio
de una innoble pasión como la nuestra.

William Carlos William

Danse Russe

If I when my wife is sleeping
and the baby and Kathleen
are sleeping
and the sun is a flame-white disc
in silken mists
above shining trees, --
if I in my north room
dance naked, grotesquely
before my mirror
waving my shirt round my head
and singing softly to myself:
"I am lonely, lonely.
I was born to be lonely,
I am best so!"
if I admire my arms, my face
my shoulders, flanks, buttocks
against the yellow drawn shades, --

who shall say I am not
the happy genius of my household?

Danza rusa

Si yo cuando mi esposa está dormida
y el bebé y Catalina
están dormidos
y el sol es un blanco disco de fuego
entre nieblas de seda
sobre árboles brillantes,
-si yo en mi cuarto norte
danzara desnudo, grotescamente
ante mi espejo
agitando mi camisa alrededor de mi cabeza
y cantando bajo para mí mismo:
"Estoy solo, solo.
Nací para estar solo,
y estoy mejor así!"
Si yo admiro mis brazos, mi cara,
mis hombros, flancos, nalgas
contra las amarillas persianas corridas,

-¿Quién diría que yo no soy
el feliz genio de mi hogar?

Traducción, de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal, de "Poemas", Visor-Madrid 1985, tomada de http://poemaspreferidos.blogspot.com/2007/01/objetivismo-puro-william-carlos.html

Learning morrisey (o carta con destino austral)

I don't mind if you forget me

Ya no soy de esos
podría enviarle una larga
y pesada cadena de palabras
que le apretaran el espinazo
pero me abstengo
porque la mala sangre
ya no domina mis actos
ni mi compostura
mi voluntad que es leve
se agita con otros ritmos
menos turbulentos
sépalo de una vez
y sepa también
lo que se pierde
y todo por no tener fe
en lo perdido
esa maldita sensatez
esos sus bellos pies
bien puestos sobre esta puta tierra
ahora que pienso en usted con fuerza
centrípeta y flamígera
es decir con un puño cerrado
dentro de la cabeza
un síntoma de crispación
lo reconozco
pero no es contra usted
que me sublevo
sino contra el camino
y su forma de dar vueltas
sobre el mismo desliz
las polvorientas distancias
que abisman nos
a ungido sino
las polvorientas distancias
que golpean nos
como una pedrada
venida
naturalmente
de uno mismo

A means to an end

Sospechemos siempre
de los que revientan
como cuetes de bengala
ante la retorcida pluma
de los noveles cuervos
de los que con vidrio molido
aderezan el camino
de los descalzos mártires
sospechemos siempre del prójimo
que hurga en nosotros
su propia vanidad

De escribir dice

Fácil irme de la oficina
me atornillo en el asiento
adelanto el respaldar
y ungido quedo por la pantalla
que no me beneficia
como los espejos cimarrones
porque nunca soy al que esperan
será por eso que desde allá
todos me miran extrañados
ya que me aparezco donde no debería
un vernisagge de cota y vestido
mi cara es una brasa sanguinolenta
donde las miradas prenden su sorpresa
y sus cigarrillos las odaliscas de cimbreante cintura
me visto con harapos cenicientos
lo que explica que sobre el linóleo
me barran junto a las colillas
pero el tiempo pasa como un viento frío
me alivia el ardor de la vergüenza ajena
y así me voy quedando
de colado
quietamente
entre las cenizas
que nadie ha barrido

De camotudos y otros tubérculos

Para Juanina

Los camotudos son monógamos
por naturaleza tuberculosa
esa es mi muletilla
con esa muletilla me levanto siempre
me lavo la cara
y me cepillo los dientes
con esa muletilla te digo
practico hasta mi caligrafía
por ejemplo
el sol ahora jode
jode y mucho
y cuando más jode
más se ovilla el día
como un armadillo amarillo
¿amarillo armadillo dije?
en realidad, lo único armadillo
es mi porrillo que me espera
al final de la jornada
pero esa es otra muletilla
que tampoco me abandona siempre
a la hora de la pena
o a la hora de la cena
suena a discreción mi xilofón
un cantabile amoratado
eco de solitario
y humeante camotudo
por naturaleza
también tuberculosa

Con ustedes un poema de Alan Mills

Hay que ver que se use
ningún material extraño
así, si quiere hablarse de niños
reventados contra los árboles,
habrá que decirlo sin omitir la sangre
escurriendo las cortezas;
no vale la pena desbancar dolor
por ideas, mejor apresar la hinchazón
nerviosa que traen los ramalazos;
no meter palabra y palabra
donde el plomo sabrá armar su vacío.
hay que evitar sucedáneos;
si la carne arde, gruñir macizo;
en cada impacto, mostrar su trayectoria;
a cada estallido, la savia roja de los árboles.

Tomado de: Testamentofuturo, libros mínimos, poesía, 2007. Además, les dejo el link del excelente sitio "Libros Mínimos" ( http://www.librosminimos.org/ ) donde podrán bajarse un poco de la producción en narrativa y verso de escritores(as) centroamericanos(as) contemporáneos (as).

Café & take this waltz

Luego de tres contundentes tazas de café empiezo a sentir los efectos. Mis brazos y mis manos están siendo copados por ligeros temblores, parecidos, supongo, a los producidos por los ataques de ansiedad, aunque no hay mayores cambios emocionalmente. Además noto un cosquilleo en las mejillas, como si una larga fila de hormigas caminara en círculos debajo de mi piel. Sin embargo, la percepción de mi actual estado de ánimo es sosegado, por no decir rutinario, y con la misma dispersión de siempre, dispersión que me lleva a escribir esto en vez de terminar un importante informe para una oficina importante. También mis ojos empiezan a llenarse de agua; es raro tener los ojos empozados sin sentir nada en medio del pecho. El efecto del café actúa sobre el metabolismo.

Backpackers

a Carolingia

Hay personas
que someten sus pasos
no sin placer a los latidos
de una visceral necesidad
de paisajes exteriores,
el noble extremo de un lago
por ejemplo, suspendido
de las ramas plateadas
de los abetos del sur

Hay en cambio quienes
mas que de paisajes interiores
recorren el espacio gentil y desolado,
como un hombre viejo
repasa en sus miembros
la ceniza de los cuerpos amados,
de su cuarto arrojado
al áspero desierto del norte