In MeMoriam: José Watanabe (Laredo 1946 - Lima 2007)



El maestro de kung fu

Un cuerpo viejo pero trabajado para la pelea
madruga y danza
frente a los arenales de Barranco
Se mueve como dibujando
una rúbrica antigua, con esa gracia, y
sin embargo, está hiriendo, buscando el punto
de muerte
de su enemigo, el aire no, un invisiblede mil años.
Su enemigo ataca con movimientos de animales
agresivos
y el maestro los replica
en su carne: tigre, águila o serpiente van sucediéndose
en la infinita coreografía
de evitamientos y desplantes.
Ninguno vence nunca, ni él ni él,
y mañana volverán a enfrentarse.
-Usted ha supuesto que yo creo a mi adversario
cuando danzo- me dice el maestro.
Y niega, muy chino, y sólo dice: él me hace danzar a mí.


de Cosas del Cuerpo

What love does

El amor es idiota
me lo has dicho tantas veces
que ahora que lo escucho
desde tu silencio leporino
me parece sabio y atinado
yo agregaría
que también es inútil
o mejor
sanguinariamente inútil
como el zapato
que se nos sale
con una muerte violenta
por eso
de nada te servirán
las palabras que riegas
con el humor de una nueva ilusión
y todo por decir al viento
tiempo y a tu casa noche
por eso
declina, ilusa Lidia
de cultivar
vil despropósito
con el acaso
del cansancio
recién florecido.

Bubble meat

Es preciso reconocer que la adaptación nos llevó hasta aquí: en medio del basural abriremos nuestra tiendita de sueños; así, cuando los sentidos se amotinen no hará agua la escritura. Aunque también cabe la posibilidad de sobreestimar esta capacidad nuestra para hundirnos rápidamente —hasta tener rebosantes las orejas de tierna carnecita—; algo así como destripar en medio del sueño nuestra gentil almohada. He ahí la figura, una mordedura más, una mordedura menos, y terminar echando humo por la boca, inflando burbujas de carne al pie de la ventana, viendo flotar al viento su botón oscuro, repletas de sanguaza.