algo pal colesterol

Siempre a la tibia y rosada hora del gamo
a medio camino entre el pensar algo sucio, la mañana
y el juego de las manos desenredando su gentil destino
No había antes y después más prudente
Que la hora de cepillarse los dientes
-de mango aerodinámico y vibrador lontano-
un paraíso me sugieren tus ancas de porcelana
cuando las veo por el espejo del hostal
depiladas
con lengua de gato azul ruso
que topa su nariz y da pie para lanzar volutas de humo
alrededor de tu cuello colgando palabras como frutos
-la voluptuosidad de la carnecita fresca, humeante-
tuve la suerte de descubrir mi talón de aquiles
una tarde soleada, digo suerte por no decir dicha,
sentado bajo la sombra de una morera en llamas
abstraído por completo y caído mas allá
de sus paltas y plantas,
sus flores de perdigón, un rosé espumante, no sé, que se derrama.

Who loves the sun

Evitar toda relación posible con la belleza
después de todo no es necesario
pasar revista a nuestras miserias
para querernos un poco cada día,
ni regresar a casa cuando el sol tiene
la misma fuerza que mis ganas
de lanzar su tibieza decrépita, ruinosa;
y a pesar que luego hable mal de mi
y diga que no encuentro el tono adecuado
que debo imprimirle a estas palabras
para que posean un significado concreto
frente a ti, mis falsas esperanzas,
en fin, eso es todo
lo que te puedo ofrecer:
un balbuceo estúpido
y milenario.

Ulises

I

De pronto comprendí que toda mortificación provenía de tu espalda
y sobre todo de no saber ensuciarla debidamente

después de todo la repugnancia me convierte en un mártir frente al espejo
—la imagen es siempre devuelta a la noche encerrada entre tus brazos
a su gentil tregua acomodada en la desesperación de un adolescente—

Ya deberías saber que eso es todo lo que te puedo ofrecer,
a parte de un vicio estúpido adquirido en la tierra de los feacios:

cubrirme el cuerpo de heridas para luego ser lamido por mi gata —no le des más vueltas, me dijo el psicoanalista, detrás de todo sacrificio se encuentra el complejo de Edipo— sin embargo, no había tomado en cuenta el blanco motivo de tu espalda, a pesar de haberle dicho
que las líneas de tu cuerpo me recordaban el mar
huyendo como un hermoso mamífero ondulado por el viento
como un arcángel de aluminio rondando mi cabeza que deja
sus sentencias encendiendo y devorando rápidamente
los sueños apelmazados en mis cabellos por el humo del cigarrillo
como un poema que se escribe sobre nosotros, una larga sombra que nos dé alcance. Hay algo para mi que tenga sentido fuera de tu cuerpo sometido a los rigores de la palabra ? Necesitaba decírtelo, Penélope, ya que con mi silencio siento que de alguna manera exorno tu falta de voluntad para dejar de fumar y acaso tus nuevas manías adquiridas con el tiempo y la distancia.



II

Y están tus medidas tomadas contra cualquier manifestación de intolerancia. Las columnas de humo que se elevan por toda Lima no son señales de tu cuerpo, Penélope, sino sólo la quema de basura y en algunos casos los holocaustos ofrecidos por los yungas a sus dioses familiares.

No le creas a los viejos sibaritas cuando te dicen que En determinadas horas de la tarde se dejan invadir por tu soledad, y hacen de todo rechazo posible una coronación, todo cuerpo desechado en la orilla del día venidero guarda en su interior sentimientos de culpa en sutil batalla contra el amanecer.

Mientras caminaba por las calles del centro una paranoica mosca me rondaba la cabeza, clara Penélope: qué de los que durante días siguieron los invisibles caminos que llevan al sol
del este al estón?

la limpia caída de aguas rodaba sobre tu sombra
como una manzana demasiado silenciosa y transparente para ser
tenida por una caída y roja manzana.

Entonces quedaba descubierto el lento mecanismo que movía las cortinas mientras se adhería la herrumbre a las patas de gallo para desbaratar tu cabellera y su aparente armonía con el paisaje marino entonces había que derrumbar todo los monumentos por el salitre de la brisa y la arena y sobre todo alzarle la falda a la hermanita de Ancón, esperando llegue al esplendor al primer toque de diana, hacia su más secreta y a-tercio-pelada victoria lejos de los viejos sabios todos los movimientos que se originan y terminan en uno mismo auto-inculpándose son ciclos de inmolación, Penélope, estaciones firmemente consumidas por tus manos
blancas
como tu espalda.

In memoriam


1.- A pesar de su oscuridad
A pesar de su insalubridad
los pasadizos contenidos por su camisa
encierran el vellocino siempre en conflagración que lee un poema
ese es david tumbado bajo un árbol de moras
y yo también estoy a su lado solo escuchando sus latidos
como los pasos que nos llevarán a sacudir una estrella.

2.-cuando a David no se le ocurre nada que escribir
piensa en ***** y su condenada dentadura
recuerda su amarillento brillo Una flor diente de león
saliendo de cacería un día invernal
de pronto decidió encontrar su cuello albergando la tibia
propiedad de los compradores compulsivos
dicen: nosotros necesitamos vender estupefacientes
y guirnaldas luminosas y bacon a los amantes del queso ácido.

3.- estuvo redondo David bajo las arcadas
cuando solamente a oleadas yo llegaba gris
caminábamos bajo la perspectiva
que deja un vacío empozado en la nuca
por eso tolerábamos el extraño entusiasmo
de los suicidas frente a la tibieza
pero ya sólo recuerdo el ruido de mis manos
jugando con su osamenta de aluminio.

4.- de pronto una mano tomó el brazo de David
una forma mendicante no altera la mañana –pensó-
no hace desaparecer el sol tras los harapos pestilentes
escondiendo la vena fulgurante de nuestras flaquezas
fue concesivo con la miseria y le dio un sol
pero nuevamente nos vimos enfrentados
con nuestra fría cavidad latiendo como una batiente
caricia que anuncia todas nuestras estaciones

5.- la permanencia aunque no era absoluta
bien podía considerarse como una hazaña
fuera de universales David aborrece hace veintidós años
los estereotipos y las manías sin plena
y verosímil justificación (en especial las escatológicas),
pueden considerarse artesanales sus maneras
de concebir las dimensiones afectivas
que usualmente envuelven a toda persona
de alta volatilidad con cuentas hechas con los huesos
de los canes atormentados por sus dueños.
Nada más grato que la pura concupiscencia individual,
la fuente irradiante del más puro arte onanista
estuvo en la palma de su mano aunque, finalmente,
no sabremos si todo esto puede ayudarnos
a proyectar algunas conclusiones
sobre su dulce suicidio.

ghandy y the ocean blue

a Ghandy Ch.

1 descripción

sonrisa en flor
y ojitos moche


2 flashback


tu sabes que viví en zona roja
en un pueblito olvidado
en las alturas de Huancavelica
las piedras amanecían bañadas
con sangre y las puertas
se doblaban con las botas
y los pasamontañas
eran supays


coro


As she twists and she whirls
And she dances it all away,
The problems persist,
they won't Go away
She twists and she whirls
Dancing it all away,
Would rather see the night
Than the reason of the day

4

yo dormía como drácula
has visto drácula?
Así dormía
Metida en una caja
Como un zapato
Y eso que no sabes
Lo difícil que es amar
En un zapato
Quien me quiera
Escuchar tendrá
Que hacer caber su torso
En una huacha oxidada